Neurología en Centro Vigón
Neurología para adultos
En la unidad de Neurología del adulto de Centro Vigón, estamos comprometidos a acompañaros para abordar aquellas problemáticas neurológicas que afecten vuestra salud y bienestar. Ofrecemos el apoyo y la orientación necesarios para manejar y tratar las condiciones neurológicas de manera efectiva.
Además, promovemos una parte de desarrollo personal y prevención, donde, aunque no se presenten dificultades concretas, se busca mejorar y cultivar todo el potencial de salud neurológica que llevamos dentro.
¿Cómo lo hacemos?
En primer lugar, realizamos una valoración inicial de la problemática que se presenta en una primera consulta. Esto nos permite llevar a cabo una evaluación exhaustiva del caso y establecer una hipótesis diagnóstica. A partir de esta evaluación, determinamos los objetivos terapéuticos que guiarán nuestra intervención, si es necesario.
"Gracias a mi pasión por la neurología, he podido formarme junto con los mejores especialistas. Todo el conocimiento adquirido durante los últimos quince años, se traduce en una especialización profunda en neurología y neuropediatría. Bienvenida a un espacio donde la profesionalidad se combina con la pasión por cuidar de la salud neurológica de nuestros pacientes más jóvenes."
Dra. María Vaquero Ir al aspecialista
María Vaquero
Neuróloga y Neuropediatra Ir al especialista
¿Cuáles son las problemáticas que vamos a abordar?
Los trastornos del sistema nervioso vegetativo, que regula funciones automáticas como la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la digestión, se abordan mediante una combinación de evaluación clínica y terapias específicas. Los tratamientos pueden incluir técnicas de biofeedback, terapia farmacológica y estrategias de manejo del estrés para ayudar a regular las funciones del sistema nervioso autónomo y mejorar la calidad de vida del paciente.
Las enfermedades del sistema nervioso periférico, que afectan los nervios fuera del cerebro y la médula espinal, como la neuropatía periférica y la síndrome de Guillain-Barré, se tratan con un enfoque multidisciplinario. Esto puede incluir fisioterapia para mantener la fuerza y la movilidad, terapia ocupacional para mejorar la funcionalidad diaria, y medicación para controlar el dolor y la inflamación.
El tratamiento de la epilepsia se centra en controlar las crisis epilépticas a través de medicación antiepiléptica y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas. La terapia puede incluir el ajuste de la medicación, la monitorización de la frecuencia y el tipo de crisis, y el seguimiento continuo para evaluar la eficacia del tratamiento y ajustar las estrategias según sea necesario.
El manejo de cefaleas y migrañas incluye la identificación de los desencadenantes y la implementación de estrategias preventivas y de tratamiento. Los enfoques terapéuticos pueden incluir cambios en el estilo de vida, medicación para el alivio de los síntomas y tratamientos preventivos, así como terapias alternativas como la acupuntura o la terapia cognitivo-conductual para el manejo del dolor.
El síndrome del trigémino, caracterizado por dolor facial intenso, se trata con opciones que pueden incluir medicación anticonvulsiva, bloqueos nerviosos y, en casos severos, cirugía. El objetivo es reducir el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente mediante una combinación de tratamientos médicos y terapias de apoyo.
El tratamiento para la afectación de pares craneales, que puede provocar debilidad o disfunción en músculos faciales y otros órganos, se centra en la rehabilitación y la terapia física. La terapia puede incluir ejercicios específicos para mejorar la función muscular y técnicas de apoyo para manejar los síntomas asociados.
La neuro-oftalmología se ocupa de las enfermedades que afectan la visión y los nervios ópticos. El tratamiento puede incluir la evaluación de problemas visuales relacionados con afecciones neurológicas, el manejo de síntomas mediante corrección óptica y la intervención quirúrgica en casos de daño significativo al nervio óptico.
El manejo de mareo, vértigo, sordera y acúfenos se enfoca en identificar la causa subyacente y proporcionar tratamiento adecuado. Las opciones pueden incluir medicación, terapia vestibular para el vértigo, y técnicas de rehabilitación auditiva para la sordera y los acúfenos, así como intervenciones quirúrgicas en casos específicos.
Las alteraciones cerebelosas, que afectan la coordinación y el equilibrio, se abordan mediante fisioterapia y rehabilitación para mejorar la motricidad y el equilibrio. El tratamiento puede incluir ejercicios específicos para mejorar la coordinación motora y técnicas para ayudar al paciente a adaptarse a los cambios en la función motora.
Las enfermedades desmielinizantes, como la esclerosis múltiple, se tratan con medicación para reducir la inflamación y la progresión de la enfermedad. La terapia puede incluir medicamentos modificadores de la enfermedad, fisioterapia para mantener la movilidad y técnicas de rehabilitación para manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
El tratamiento de malformaciones del sistema nervioso, como la espina bífida y la hidrocefalia, se basa en una evaluación integral y un enfoque quirúrgico y rehabilitador. Las intervenciones pueden incluir cirugía para corregir las malformaciones y terapia para mejorar el desarrollo motor y cognitivo.
El tratamiento para la hipertensión craneal, una condición en la que hay presión elevada dentro del cráneo, incluye el manejo médico y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas para reducir la presión. Los tratamientos pueden incluir medicación para controlar la presión y procedimientos quirúrgicos para aliviar la causa subyacente de la hipertensión craneal.
Las encefalopatías regresivas, que incluyen trastornos neurológicos que afectan el desarrollo y la función cerebral, se abordan mediante una combinación de intervenciones médicas y terapias de apoyo. El tratamiento puede incluir medicación para manejar síntomas y terapia ocupacional y física para apoyar el desarrollo y la funcionalidad.
El tratamiento para los síndromes neurocutáneos, que involucran alteraciones neurológicas y cutáneas, se enfoca en abordar tanto los síntomas neurológicos como los dermatológicos. Las terapias pueden incluir medicación, seguimiento dermatológico y una variedad de tratamientos para manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
El tratamiento de los trastornos del sueño, como el insomnio y la apnea del sueño, incluye la evaluación y el tratamiento de los patrones de sueño. Las opciones terapéuticas pueden incluir cambios en el estilo de vida, terapia cognitivo-conductual para el insomnio y el uso de dispositivos para tratar la apnea del sueño.
El síndrome meníngeo, caracterizado por la inflamación de las meninges, se trata con antibióticos o antivirales según la causa subyacente. El manejo también puede incluir la reducción de la inflamación y el alivio de los síntomas mediante medicación y terapia de soporte.
Las enfermedades neurometabólicas, que afectan el metabolismo cerebral y pueden incluir trastornos como la fenilcetonuria, se tratan con una combinación de dieta específica, medicación y terapia de apoyo. La gestión temprana y el seguimiento continuo son clave para optimizar el desarrollo y la calidad de vida del paciente.