La terapia de pareja se centra en mejorar la comunicación y la resolución de conflictos entre los miembros de la pareja. Utilizando técnicas de terapia de pareja, como la Terapia Focalizada en las Emociones (EFT) y la Terapia Cognitivo-Conductual para parejas, los terapeutas ayudan a las parejas a identificar patrones negativos de interacción, expresar sus necesidades y sentimientos de manera efectiva, y fortalecer la conexión emocional. El objetivo es restaurar la intimidad y construir una relación más saludable y satisfactoria.

La terapia para problemas sexuales aborda las disfunciones sexuales, como la falta de deseo, la disfunción eréctil, la eyaculación precoz y el vaginismo. Los terapeutas utilizan enfoques como la terapia cognitivo-conductual, la terapia focalizada en el placer y la educación sexual para ayudar a los individuos y parejas a comprender y superar sus dificultades. La terapia puede incluir técnicas para reducir la ansiedad, mejorar la comunicación sexual y explorar factores psicológicos y emocionales que afectan la sexualidad.

El tratamiento para trastornos de ansiedad en adultos se basa en la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se ha demostrado altamente efectiva. La TCC ayuda a los pacientes a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la ansiedad. Además, se pueden utilizar técnicas de exposición, terapia de aceptación y compromiso (ACT) y mindfulness para reducir la ansiedad y mejorar el manejo del estrés. El objetivo es proporcionar a los pacientes herramientas para enfrentar y reducir la ansiedad en su vida diaria.

La terapia para trastornos emocionales, como la depresión y el trastorno bipolar, se centra en ayudar a los pacientes a regular sus emociones y mejorar su calidad de vida. Los enfoques terapéuticos incluyen la terapia cognitivo-conductual, la terapia interpersonal y la terapia dialéctico-conductual (DBT). Estos enfoques ayudan a los pacientes a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos, desarrollar habilidades de afrontamiento y mejorar las relaciones interpersonales. En algunos casos, la terapia se complementa con medicación prescrita por un psiquiatra.

El tratamiento para trastornos de personalidad, como el trastorno límite de la personalidad o el trastorno narcisista de la personalidad, implica enfoques terapéuticos especializados. La terapia dialéctico-conductual (DBT) y la terapia basada en la mentalización (MBT) son comúnmente utilizadas. Estas terapias ayudan a los pacientes a comprender y regular sus emociones, mejorar las habilidades interpersonales y desarrollar una mayor conciencia de sí mismos y de los demás. El tratamiento es a menudo a largo plazo y requiere un enfoque integrado y personalizado.

La terapia para trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón, se centra en abordar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la relación disfuncional con la comida y la imagen corporal. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es el enfoque principal, ayudando a los pacientes a identificar y cambiar pensamientos distorsionados y comportamientos perjudiciales. También se pueden utilizar enfoques como la terapia familiar, la terapia de grupo y la terapia nutricional para apoyar la recuperación y fomentar una relación saludable con la comida y el cuerpo.

El tratamiento para trastornos adictivos, como la adicción a sustancias o comportamientos, incluye una combinación de enfoques terapéuticos para abordar tanto los aspectos físicos como psicológicos de la adicción. La terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia de aceptación y compromiso (ACT) y la terapia de prevención de recaídas son comunes. Los pacientes aprenden a identificar y manejar los desencadenantes de la adicción, desarrollar habilidades de afrontamiento saludables y construir un estilo de vida libre de adicciones. El apoyo de grupos de autoayuda y la terapia familiar también pueden ser componentes importantes del tratamiento.